Nuestro presidente suele afirmar, en las muy raras (gracias a los dioses) ruedas de prensa o entrevistas que concede, que cree en las energías, positiva y negativa, que gobiernan su particular mundo-burbuja. Parece ser que, en lo concerniente a esta temporada, tendría que dársele la razón.
Tras un inicio de campaña fulgurante, rivalizando en resultados con el Fútbol Club Barcelona, se contrarresta la desastrosa imagen que este mismo equipo, con otros inquilinos, dio en su último paso por el fútbol profesional. Seis derrotas consecutivas lastraron a un equipo agonizante que no pudo ser reanimado ni con tres cirujanos diferentes a lo largo de unos nueve meses de padecimiento.
En estos momentos se vive todo lo opuesto a esa situación de infausto recuerdo. Tras ocho jornadas disputadas (la última celebrada hace escasos minutos) el conjunto "albinegro" disfruta de los mejores resultados de los cuatro grupos de la categoría de bronce, empatado con el Tenerife (si éste no desaprovecha los tres goles de ventaja al descanso frente al filial atlético).
La regularidad del equipo en cuanto a resultados, así como la solidez y el oficio que demuestra cada partido, permite que se vaya diluyendo en la ilusión renovada aquel esperpento que fue la temporada pasada. Los jugadores no se esconden, en su mayoría, el bloque no se viene abajo ante un gol en contra o cuando cuenta con un jugador menos y, para colmo, sobran hombres con galones que reclamen su responsabilidad en los momentos de duda. Quién iba a decir eso el curso 2011-2012 cuando los nombres eran los únicos que sostenían a duras penas a una barcaza a la deriva que dejaba atrás toda tabla de salvación que pasara cerca.
Ahora todo es alegría, a pesar de los reproches de los de siempre y de las quejas de los "Ebenezer Scrooge" que caracterizan a nuestra afición, pero hay que tener en cuenta que queda mucho camino por recorrer y que los grandes conjuntos se sostienen o se desmoronan ante las adversidades. El primer contratiempo reseñable de la temporada ha ocurrido hoy, frente al Sevilla Atlético, cuando nos hemos quedado con uno menos sobre el campo, nos han remontado dos goles y la portería estaba "cubierta" por uno de los héroes de la era Quirantes rescatado por el visionario de Paco Gómez. Todo ello se ha superado con solvencia trayendo un punto de vuelta a la "trimilenaria", buena señal.
Queda, para terminar, comprobar si se confirma ese ir y venir de energías místicas que parece responder a una regla de intercambio equivalente año a año. De ser así, este equipo, y repito, este equipo de hombres tan concreto, y su afición deberían volver a la Segunda División del fútbol profesional. Nosotros estaremos aquí para verlo.
¡Efesé!
No hay comentarios:
Publicar un comentario