sábado, 29 de octubre de 2011

Llegó la segunda victoria


FC Cartagena 2 – 1 RCD de La Coruña

Ese resultado reflejaba el marcador al finalizar el encuentro el pasado jueves día 27 de octubre en el Cartagonova. Varias veces tuvimos que mirar la pantalla del fondo sur para asegurarnos de que habíamos ganado. Más, teniendo en cuenta cómo habíamos pasado los últimos minutos de partido. El asedio de los coruñeses, ya con Valerón en el campo, hacía presagiar un complicado y agonizante desenlace.

Por si fuera poco, el “crack” del partido, el colegiado Pino Zamorano se sacó de la manga una exclusión propia del balonmano. Se le ocurrió al árbitro madrileño impedir la entrada de Cléber Monteiro al terreno de juego durante tres minutos, tras salir para ser asistido por los médicos del Efesé. Este castigo improvisado provocó las protestas de todo el banquillo y un atronador abucheo desde la grada que tuvo como consecuencia la expulsión de Manolo Gaspar. Por unos momentos los miembros de la Peña nos temimos lo peor, confundimos al lateral malagueño con nuestro pequeño interior de Santurce, Ander Lafuente.

Finalmente el desenlace fue feliz. Todo terminó como debe ser siempre. Ovación del respetable a los jugadores que responden desde el círculo central y sonora pitada al trío arbitral mientras abandona el campo (esto no debe ser así siempre, pero nos tienen acostumbrados a lamentables actuaciones).


El transcurso del partido fue totalmente opuesto al del día en la ciudad portuaria. El oscuro cielo de la mañana se fue despejando conforme entraba la tarde y se tranquilizó para la disputa del encuentro. Por su parte, los 90 minutos en el Cartagonova empezaron con una presión asfixiante del equipo albinegro. Las ganas que no se les había visto a la mayoría de jugadores durante toda la temporada afloraron para perseguir a los coruñeses y robarles el esférico. Se sustituyó la creación de juego (totalmente inexistente en nuestra plantilla) por una fuerza y persistencia encomiables.

En cuanto Antón, Moral o Collantes veían puerta se probaban. Y fue un latigazo del pequeño punta desde fuera del área el que abrió la lata a tres minutos del fin de la primera parte. Aranzubía no se esperaba la potencia del disparo de Collantes y fue a darse cuenta cuando lo detenían las redes de su portería. El balón se fue abriendo conforme se acercaba al meta que vestía de rojo, mal color para apaciguar a los nuestros.


Tras el descanso le dio al mediapunta Álvaro Antón por disfrazarse de Xavi y lanzar un magistral golpe franco que se coló por la escuadra derecha del portero coruñés. Dimas abrió hueco en la barrera para que Aranzubía pudiera ver perfectamente y sin moverse cómo llegaba el segundo para el FC Cartagena.


Desde ese momento las energías derrochadas por el Efesé empezaron a pasar factura. La presión no era tan incesante (excepto por parte de Kijera, que parece sobrehumano) y la concentración se diluyó en un centro blandito que Riki ni peinó, más bien rozó, para engañar a Reina y poner el dos a uno definitivo.

A partir de ahí, el equipo gallego se encomendó a la lucidez de Valerón y los extremos para colgar balones a los puntas; los locales achicaron balones como si les fuera la vida en ello (que les iba); la afición tiró del equipo; y Riki puso la nota antideportiva de un limpio encuentro al escupir a un recogepelotas del FC Cartagena.

En fin, segunda victoria consecutiva, cuarto partido seguido sin conocer la derrota y segundo miura de la semana toreado con éxito. Ahora, a por el derbi.

¡Vamos Cartagena!

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